Hace 40 años nacía en la ciudad el grupo gitano, después de decidir su nombre en el expreso desde Madrid
Vigo es una ciudad que tiene música. Cualquiera puede nombrar a Siniestro Total, Golpes Bajos, Aerolíneas o Los Piratas entre una infinidad de grupos. Incluso, mirando siglos atrás, podríamos recordar a los trovadores: Martín Códax, Mendiño, Johan de Cangas... Pero lo que muy pocos saben es que aquí nacieron también Los Chichos. La ya mítica banda rumbera se estrenó en un concierto en la calle Urzaiz hace ahora cuarenta años. Su nombre lo escogieron en el viaje en el expreso desde Madrid. Y, para rodarse, se vinieron en el tren cantando toda la noche: «Libre, libre quiero ser».
Como tantos grupos, Los Chichos nacieron un poco por casualidad. Los hermanos González Gabarre, Emilio y Julio, eran dos chavales que se ganaban unos duros cantando por bares de Salamanca y Madrid. Un día conocieron a un promotor, Eduardo Guervós, que decidió representarlos. Y comenzó a buscarles conciertos. Pero ninguna sala de la capital apostaba por ellos. Por lo que empezó a sondear el mercado «de provincias». Y la primera oportunidad se la dio Vigo.
En la biografía oficial del grupo, publicada por Universal, su discográfica, Emilio Gabarre lo cuenta así: «Sería en Galicia, en Vigo, en la sala Elektra, una de esas discotecas muy conocidas del lugar, por darse cita a grandes artistas de todos los estilos... Por fin una actuación buena».
La sala Elektra estaba situada en Urzaiz, enfrente del cine Plata. Fue una de las pioneras en traer grandes conciertos, como luego haría Nova Olimpia. El problema es que era un local muy grande y dos músicos parecían pocos. Así que exigieron un tercer componente.
Mientras se cierra el contrato, conocen a Juan Antonio Jiménez, cantante y percusionista, conocido como Jero porque su familia, Los Ajeros, vendía ajos por las ferias. El fichaje acepta viajar a Vigo por una fortuna de la época: dos mil pesetas.
Como hay que darle un nombre al grupo, toman el apodo de uno de ellos, Chicho. Así que comunican a la sala de fiestas viguesa que imprima los carteles en grandes letras: Los Chichos. En el trayecto en el expreso desde Madrid, van ensayando temas, que Jero lleva apuntados en una libreta. Uno de ellos es Libre, libre quiero ser, que se convertirá en uno de los hits del grupo.
La actuación en Vigo es un éxito. En la biografía del grupo, aseguran que el dueño del Elektra fue a los camerinos a pedirles que les firmasen más fechas. «No paraban de aplaudirles, de gritar, de dar palmas, se levantaban de sus sillas», recuerda Emilio.
De regreso a Madrid, el concierto de Vigo sirve de pasaporte para nuevos contratos. Finalmente, fichan por la casa Philips y se convierten en uno de los grupos con más venta de la historia de la música en España: veinte millones de álbumes vendidos hasta la fecha.
Ni más ni menos, Son ilusiones o Para que tú la bailes se convertirán en grandes hits de la rumba más popular. En Vigo, su música será también la banda sonora de barrios conflictivos, como Vichita, A Ferrería o la calle Marín, en Coia. Es una generación que vibra con El Vaquilla, a quien Los Chichos dedicaron un tema.Pero en esta ciudad que tiene música, pocos recuerdan que, hace ahora cuarenta años, tres gitanos llegaron un día cantando en un tren: «Libre, libre quiero ser».
LA BUJÍA DEL DOMINGO Por Eduardo Rolland
Se estrenaron con un concierto en la sala Elektra, ubicada en la calle Urzaiz
Se llamaron Los Chichos porque Chicho era el apoyo de uno de ello,s
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