El trío empezó el concierto sabiendo «cómo vamos a empezar, pero el final será cuando el público se canse»
En España existe el concepto «chichero». Lo dejaron claro ayer en Gijón los artífices de la palabra: Julio y Emilio González Gabarre y Junior -hijo de Emilio-, a la sazón, «Los Chichos». Fueron ellos quienes se subieron al escenario de Poniente y con sus voces, sus bailes y sus palmas, recordaron por qué son uno de los máximos exponentes de la rumba española.
«Los Chichos», ante un numerosísimo público -como se recordaba pocas veces en Poniente- sedujeron con un repertorio de canciones más que conocidas por todos los asistentes al recital. El trío sacó toda su fuerza para hacer que sus seguidores «los "chicheros" cantasen hasta los silencios; eso es lo que nos gusta», decía Junior antes del concierto.
Sus 35 años de andanzas son imposibles de resumir en un solo espectáculo. Por eso, Julio, Emilio y Junior sabían los temas con los que iban a empezar pero no cómo iban a terminar su actuación. «Cuando el público se canse nos iremos. Nuestros directos son muy moviditos y lo que intentamos es que se animen con nosotros; que ellos canten canciones que han sonado en los cassettes de todos los coches españoles de las tres últimas décadas. Y cuando ellos canten, nosotros nos callaremos», bromeaba Junior, el pequeño de la formación.
El trío está orgulloso de sus seguidores, que ayer se contaban por muchos miles. «Estamos bendecidos. Es lo mejor que tenemos. Dependemos de los "chicheros" porque son los responsables de nuestros 35 años en la música». Muchos fueron los temas que generaciones enteras cantaron ayer en un concierto en el que «Los Chichos» demostraron que no piensan dejar la música. «Es nuestra vida y, como no vivimos de la imagen, de momento, seguiremos».
Pero antes de la rumba hubo más música en Gijón. La banda británica «Spiritualized» fue la encargada de ir calentando el alma de la fiesta en la plaza Mayor. Los seguidores más fieles estallaron en vítores cuando Jason Pierce, compositor y vocalista, salió al escenario con sus gafas de sol. El dolor, el amor o los viajes espaciales cantados a ritmo de soul, blues y jazz constituyeron su repertorio.
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