lunes, 25 de enero de 2016

mucho Jero


Debe ser duro perder a un padre con siete años. Marca en la vida de un niño si lo recuerdas y Jero era uno de esos niños. Durante una entrevista le preguntan ¿cual a sido tu peor momento en la vida? a la que responde, -sin duda alguna la muerte de mi padre. Su infancia se ve abocada a su familia, a ayudar en la venta ambulante desde la muy temprana edad para salir adelante encontrando una manera de aportar su granito de arena.

 Pronto Juan Antonio Jiménez comienza a ir al colegio y compaginarlo con el trabajo y aprende a leer y escribir, pero lo justo, porque lo primordial era llevarse un triste pan a la boca.

De su poca experiencia en la vida, su maestro fue la calle, aprendió rápidamente lo bueno y lo malo, quizá fuera esto su fuente de inspiración y de ahí nacería su talento para la composición. 
Comienza a darse cuenta que le gusta leer y apuntar en su cuaderno de notas a modo de diario personal, versos y poemas y  sacar  los mejores trocitos para luego convertirlas en canciones,

Por un capricho del destino, pasa unos días en un calabozo por echar los triles en la calle en la Gendarmería de la Puerta del Sol... Así daría comienzo una leyenda fruto de la casualidad, porque se inventa la mejor canción dedicada a los presos, quizá porque vio lo que le pasaba a su compañero de celda y a modo de hacer justicia, compuso "Quiero ser libre"  El resto es historia


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