Parece mentira pero ya van por 43 años desde que irrumpieron en el panorama musical tres jóvenes gitanos con unas letras simples y propias que encarnaban lo vivido a un amigo, un familiar o en casa propia. Un día un chaval de apenas 20 años entró unos días en prisión, en la puerta del sol de Madrid, de las dependencias de la Guardia civil por ganarse la vida con los triles (la bolita), no en vano le dijo a su mujer le metiera una guitarra y allí viendo lo que ocurría se inspiró en su compañero de celda y compuso quiero ser libre. Desde entonces ya nada volvería a ser igual.
Ese chaval delgadito, pelo largo y mediana estatura al que todos apodaban el Jero, tenía un don especial para componer canciones, una voz bonita, de esas de quitarse el sombrero, que tienes que escuchar porque te llena con una facilidad comunicativa especial. Como a muchos de su edad en sus ratos libres, se iba por las tabernas de noche y vio a dos gitanos, que como a él, le gustaba la rumba y animaban la fiesta, así que se unió a ellos y se hicieron buenos amigos. muy buenos amigos. Así nacería la leyenda de Los Chichos, un trío musical de etnia calé por los cuatro costados, que su vida se vio abocada a las injusticias de la vida, al amor y desamor, a la droga y la cárcel, todo lo que estaba mal o políticamente incorrecto, El resto señores ya saben, o por lo menos deberían de saberlo.
Ese chaval delgadito, pelo largo y mediana estatura al que todos apodaban el Jero, tenía un don especial para componer canciones, una voz bonita, de esas de quitarse el sombrero, que tienes que escuchar porque te llena con una facilidad comunicativa especial. Como a muchos de su edad en sus ratos libres, se iba por las tabernas de noche y vio a dos gitanos, que como a él, le gustaba la rumba y animaban la fiesta, así que se unió a ellos y se hicieron buenos amigos. muy buenos amigos. Así nacería la leyenda de Los Chichos, un trío musical de etnia calé por los cuatro costados, que su vida se vio abocada a las injusticias de la vida, al amor y desamor, a la droga y la cárcel, todo lo que estaba mal o políticamente incorrecto, El resto señores ya saben, o por lo menos deberían de saberlo.
